PADRE CAMILO TORRES
- revprobertosanchez
- 16 mar 2023
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Camilo Torres Restrepo (03/02/1929 – 15/02/1966) se hizo sacerdote en Colombia, se formó como sociólogo en Bélgica, y luego de recorrer el país para estudiar los efectos de la «época de la violencia» en las regiones, identificó de primera mano la concentración de la tierra en unos pocos propietarios, la miseria del campesinado sin tierra y las grandes desigualdades existentes en los municipios y las ciudades. Como capellán y luego como profesor de sociología en la Universidad Nacional, se acercó a la marginalidad y pobreza de los barrios populares en Bogotá.
Durante el Frente Nacional (1958 y 1974) sostuvo que la alternancia de la clase oligárquica que ocupaba las direcciones de los partidos liberal y conservador, restringía la participación de otros sectores políticos y sociales, por lo que promovió la construcción de un Frente Unido del pueblo que les disputara el poder. Esta posición, y su postura a favor de la expropiación de los bienes de la iglesia, le acarrearon la reducción al estado laico a mediados de 1965.
A fines del mismo año, acosado por las amenazas y la persecución política; procurando eludir el destino de Jorge Eliecer Gaitán; y en un ambiente de época que hacía de la insurgencia armada un camino razonable debido las luchas anticoloniales/antiimperialistas que se desarrollaban en el tercer mundo, tomó la decisión de unirse a las filas del recién fundado Ejército de Liberación Nacional. Siendo guerrillero, murió pocos meses después, un 15 de febrero de 1966.
El acoso político a Camilo en el marco de la democracia restringida del Frente nacional y su decisión de ingresar a una agrupación guerrillera, privaron a la iglesia colombiana de un sacerdote que habría procurado su renovación; a la academia, de sus estudios en sociología urbana y de todos los posibles campos que habría explorado dada su inquietud científica; y a la política, de un dirigente honesto, audaz y valiente que habría enarbolado los intereses y necesidades de las clases populares.
Al leer sus discursos y sus mensajes cargados de una sencillez que encerraba el análisis y estudio riguroso de la realidad nacional, resulta evidente su popularidad en un país católico y empobrecido.
«Muchas veces en la gran prensa se me ha dicho que no estoy planteando nada nuevo y cree que eso es un ataque serio contra mí. Esto es en realidad una de las mayores ponderaciones, tal vez la mejor manera de alabarme. Porque es cierto: no estoy planteando nada nuevo. (…) Tal vez la novedad consista en que lo diga en público y me juegue la sotana para sostenerlo, eso sí puede ser nuevo; pero lo que digo no tiene nada de nuevo, entonces ¿qué es lo que pasará? Que al decirme que no estoy diciendo nada nuevo, y si lo viejo que estoy repitiendo ha suscitado tanto entusiasmo, eso es una acusación contra la clase dirigente. Si lo que digo es viejo, si el decir que el poder está concentrado en pocas manos y que los que tienen el poder no lo están utilizando para las mayorías, si eso es viejo, entonces son tanto más culpables los que conocen el problema y no son capaces de solucionarlo».
Algunas de sus ideas
El amor eficaz
Camilo se sentía insatisfecho con el alcance real de lo que podía hacer la iglesia para garantizar necesidades básicas o para conseguir un cambio de estructuras ante la desigualdad y antidemocracia que sostenía el Frente Nacional. En ese sentido, consideraba que el amor al prójimo como una simple enunciación de quienes promulgaban la fe cristiana resultaba limitado de no ser eficaz en términos de una traducción política que asumiera la construcción de una fuerza social capaz de impugnar la concentración del poder en una minoría en detrimento de las mayorías. En su perspectiva, el amor eficaz es el amor al prójimo que va más allá de la caridad individual, y que tiene por propósito garantizar las condiciones de vida digna de las mayorías sociales, 'tenemos que buscar medios eficaces para el bienestar de las mayorías' escribía en el mensaje a los cristianos.
El intelectual argentino Miguel Mazzeo sostiene que el amor eficaz 'es la fe activa. Es el ‘ideal encarnado’. La plegaria unida a la siembra. El amor ineficaz sería la fe pasiva, eclesial; sería el amor sin contenido, sin prácticas concretas. Un amor condenado a convertirse en desamor para alimentar la mojigatería, la hipocresía, el moralismo y el doble discurso (…) '. Para la consecución del amor eficaz era necesario un cambio social contundente que garantizara la justicia social y democratizara el poder que concentraba la minoría: la oligarquía colombiana"






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